Ir en bicicleta supone un placer, aunque también representa un medio de transporte eficiente y económico, no es dañino para el medio ambiente, es saludable práctico y versátil: en una bicicleta se pueden transportar desde provisiones hasta niños, con los accesorios adecuados, claro está.
Sin importar si el empleo que se le dará a la bicicleta es recreacional, como medio de transporte diario o para su uso profesional, es importante conocer qué son los desarrollos en ciclismo y cómo pueden afectar el desempeño de nuestro velocípedo.
La importancia de este tema radica en que, dependiendo del desarrollo de ciclismo que incorpore la bicicleta que se vaya a adquirir o tengamos en uso, el esfuerzo físico a realizar durante el pedaleo será mayor o menor y, por tanto, el rendimiento en el desplazamiento y la velocidad alcanzada se verán afectados.
¿Qué son los desarrollos en ciclismo?
En términos sencillos, se puede definir el “desarrollo en ciclismo” como la distancia recorrida por la bicicleta durante cada pedaleo o rotación completa del plato. Se lee sencillo, pero muchos factores humanos y mecánicos afectan el resultado de esa relación de distancia generada a través de la acción del pedaleo.
Factores humanos:
El peso del usuario, su condición física, su capacidad respiratoria, además de el factor extra que pueda suponer la carga de niños u otros elementos que añadan peso adicional a la carga soportada por la bicicleta, son puntos clave a la hora de determinar la cadencia que la persona pueda mantener durante el pedaleo.
Esto es especialmente notorio en trayectorias con subidas. Es necesario recordar que la gravedad ejerce una fuerza de atracción que durante un recorrido en subida se siente con gran intensidad, por lo que a mayor peso el pedaleo requerirá un mayor esfuerzo. En este punto, el tema de la condición física del usuario es esencial.
Factores mecánicos:
Es aquí donde radica la importancia y utilidad de los desarrollos en ciclismo, que es lo que en este artículo hemos denominado el “factor mecánico”. Dependiendo del tamaño del plato, el número de dientes y la distancia entre estos, será la distancia recorrida en cada pedaleo.
Vale decir que mientras más grande es el plato, más larga es la distancia recorrida, pero también es mayor el esfuerzo físico necesario para generar cada vuelta de pedal. A mayor número de dientes, más esfuerzo debe hacer el pedalista para generar la energía transmitida a la bicicleta.
El papel del piñón guarda igual importancia, es clave destacar que cuantos menos dientes tengan las coronas del cassette estas aportarán la necesidad de ejercer un mayor esfuerzo para mover la bicicleta.
La complejidad de un asunto que en apariencia es sencillo radica en saber combinar las medidas de plato y piñón en una correlación adecuada: plato pequeño y piñón grande resultan en un gasto de energía moderado con el resultado de un desarrollo fácil de mover pero que, en teoría, recorre una distancia menor.
En el caso de la combinación opuesta, plato grande y piñón pequeño el movimiento requiere más fuerza para mover la transmisión (o desarrollo), que es más dura. La ventaja es que ésta ofrece el recorrido de una mayor distancia en cada pedaleada.
Sin embargo, en este terreno los resultados obtenidos no se pueden determinar en blanco y negro, ya que existen infinidad de combinaciones posibles dado que cada pedalista es único y, por ende, los resultados obtenidos pueden llegar a ser diferentes en cada caso.
En este punto, está claro que el performance de una bicicleta con plato y piñón fijos no será igual al de una bicicleta de montaña (MTB) o al de una bicicleta urbana, que emplean sistemas de cambios más complejos y eficientes, siempre que se usen en el terreno indicado para ellas.
¿Cuáles tipos de desarrollos en ciclismo son los más comunes actualmente?
Monomarcha: la configuración de esta transmisión sólo consta de un plato y un piñón fijo, sin sistema de cambios. Es el más común y el más antiguo de todos. Su rendimiento mecánico es el mejor, ya que carece de los mecanismos complejos que son necesarios en las bicicletas con distintas velocidades.
Son menos versátiles en terrenos que no son planos o subidas, ya que todo el esfuerzo recae en el pedalista, lo que reduce su eficiencia. Su uso es más limitado a la ciudad ya que al tener una sola velocidad es más complicado adaptarse a condiciones diferentes a las del asfalto.
Por último, al tener sólo una velocidad el alcance de una aceleración máxima se limita al desarrollo que permite el plato que la bicicleta tenga instalado. También puede ocurrir que el pedaleo inicial se sienta más difícil de lograr que en un velocípedo de cambios.
Single speed o Fixie: En este caso, el funcionamiento de la bicicleta es igual al de la monomarcha; sin embargo, en el eje de la rueda trasera se encuentra una corona a cada lado de la rueda: la corona fija y la que hace de velocidad adicional.
En este caso es necesario voltear la rueda para poder usar la velocidad deseada, ya que esta transmisión es enteramente básica, sin las palancas, desviadores u otros elementos que pueden verse en desarrollos más complejos.
Tanto el desarrollo monomarcha como el fixie son los más fáciles de mantener a punto, además de ser los más económicos por su configuración sencilla.
Monoplato: En este caso la transmisión consta de un único plato, que puede combinarse con la cantidad deseada de coronas en el cassette, según la cantidad de velocidades con las que el usuario quiera contar.
En la actualidad esta transmisión ha adquirido gran popularidad gracias a su simplicidad y versatilidad. Es viable para competición, mountain bike o el uso amateur, ya que da menos problemas a la hora de cambiar velocidades y es más fácil de mantener a punto.
El minimalismo de esta transmisión trae consigo la desaparición de una serie de cables y palancas, así como el hecho de que la transmisión no estará duplicada.
Al tener un solo plato también hay menos riesgo de estropearlo (o desdentarlo) con los obstáculos del camino en el caso del MTB, dado que el plato único tiene un tamaño más pequeño que cuando hay más de un plato en la bicicleta y por ello se aleja del suelo.
Dentro de otros factores a considerar está el punto de la forma de los platos:
¿Platos redondos u ovalados? Esta es una novedad que hay que tomar con pinzas, ya que la forma del plato puede afectar la cadencia y efectividad del pedaleo. Si se trata de una persona que nunca lo ha experimentado es mejor probar primero antes de tomar una decisión final.
Es verdad que esta variedad de platos son elegibles para otras combinaciones de transmisiones, pero el dilema de cuál emplear es más frecuente cuando se arma este tipo de desarrollo.
El éxito del desarrollo monoplato queda comprometido por la decisión acertada al combinar las distintas coronas del piñón con un tamaño y forma de plato que pueda sacar el máximo provecho a todas ellas. Es por ello que en este caso nunca está demás consultar a un experto en el tema.
Desarrollo Compact: En este caso la combinación de platos y cassette es interesante porque el plato presenta un número reducido de dientes, al igual que el piñón. Algunas combinaciones comunes pueden ser 50/34, 53/39, entre otras. Siempre siendo el número mayor la cantidad de dientes del plato y el menor la cantidad de dientes del piñón.
Aunque no es un desarrollo recomendable para competición, es versátil, ya que permite al usuario adaptarse a prácticamente cualquier terreno.
Una de las cosas buenas de este desarrollo es que al ser la cadencia de pedaleo más corta, es más constante y se ejerce menos esfuerzo físico que cuando se intenta mover un plato de mayor tamaño, por lo que ayuda a evitar dolores en las rodillas.
Su desventaja es que si se desea alcanzar una mayor relación de recorrido, el ciclista deberá pedalear más, lo que genera un desgaste energético mayor.
En el caso de este desarrollo podemos encontrar versiones mixtas, que juegan con la amplitud del plato más grande, especialmente en ciclistas fuertes que prefieren ejercer más fuerza en el pedaleo y ganar más recorrido en las distancias.
Doble / triple plato: En la actualidad este tipo de desarrollo ha perdido gran popularidad dado que muchas veces el salto de la cadena al cambiar de plato y cassette para rotar las velocidades es inestable. Así mismo, durante el recorrido puede saltar la cadena sin previa participación del pedalista.
Por comodidad y seguridad ahora tiene mayor popularidad la combinación de dos platos y “n” cantidad de coronas en la piñonera. Esta combinación genera más rendimiento con menor esfuerzo y puede ser empleada en formas muy diversas, según las necesidades de cada pedalista.
Aunque la mecánica del monoplato es más limpia y liviana que la del doble/triple plato, este desarrollo (doble plato) ofrece una variedad mayor de combinaciones a la hora de afrontar el terreno, sin quedarse corto ya sea para el terreno llano o para las subidas.
Uno de los sistemas más comunes en el mercado es el de 2×10. Lo bueno de éste es que se puede evitar el desgaste excesivo de la cadena y los cambios a los extremos (plato grande con corona grande y viceversa) son viables, ya que la tensión de la cadena no es tan grande como cuando hay tres platos.
En resumen, aunque este sistema requiere un mayor mantenimiento que los mencionados en los parágrafos anteriores, también ofrece la ventaja de una mayor versatilidad, ya que si se compara la combinación 1×10, sólo podemos obtener diez velocidades y el desarrollo se limita a eso.
Al multiplicar la combinación de 2×10, en la cual todas las combinaciones son posibles, nos da un total de 20 velocidades. La diferencia es obvia. En el caso del triple plato, pongamos 3×10, no son treinta posibilidades, ya que las extremas deben ser descartadas para proteger la cadena de roturas indeseadas.
Un último punto a destacar con respecto al combo de 3 platos es que requiere mucho más mantenimiento y siempre se corre el riesgo de que la cadena se salga o salte durante los cambios de velocidades, sin descartar que ésta pueda romperse debido a un mal manejo del sistema por parte del ciclista.
¿Qué tipo de desarrollo te conviene?
Cada ciclista debe considerar cuáles son las opciones más adecuadas para su bicicleta, con el fin de sacarle el máximo provecho. No es lo mismo una bici para ir a trabajar y hacer compras que una de competición.
Pensando en términos de uso, uno debe considerar con honestidad su propia capacidad física y para qué desea emplear la bicicleta. Entre estos factores también recae el tema del mantenimiento ya que una bicicleta con dos o más platos es mejor llevarla a un especialista.
Las opciones dependen de cada persona, puede haber profesionales que necesitan lo máximo que el desarrollo puede ofrecer. Hay amateurs que están comenzando en la experiencia del ciclismo, para ellos lo mejor es una bici de gama media que pueda adaptarse a su condición física y al terreno que desean transitar.
También están los que usan el velocípedo como medio de transporte. A veces lo más simple es lo más eficaz y en estos casos los desarrollos single speed, fixie y mono plato, cumplirán su función sin exigir mucho mantenimiento.
Aquellos que emplearán la bici de forma mixta: ya sea transporte y trekking o MTB, o transporte y carrera urbana tienen más que pensar, ya que sus necesidades se verán ampliadas. En estos casos particulares es mejor pedir ayuda especializada para encontrar la mejor opción disponible.
Es verdad que existen mecanismos digitales, sin cables y demás avances, platos ovalados y otros elementos tecnológicos innovadores, sin embargo al final todo se reduce a las necesidades del ciclista y su comodidad.